Después de dos meses desde que aclaré y transplanté las plántulas como os comenté en entradas anteriores, así están.
La mayoría ya alcanzan más de medio metro. Lo que ha habido que ir haciendo desde que las transplanté hasta ahora es cortar las hojas que veamos que no van a dar fruto y que lo único que van a hacer es quitarle agua y nutrientes al resto de la planta, dificultando así su buen desarrollo. Un ejemplo de este tipo de hojas que podemos quitar son las de la base del tallo y también descargar un poco las ramas laterales. Principalmente lo que nos interesa es que el «tronco» principal esté con las hojas justas, porque será el que tire de la planta y cuanta más agua y nutrientes le lleguen mejor. Esto no quiere decir que tengais que dejar a la planta pelada del todo, pero sí cada cierto tiempo y de manera ESCALONADA, debemos hacer esto que os digo.